Este 20 de septiembre de 2019 se llevó a cabo la tercera huelga mundial por el clima, la mayor movilización centrada sobre un mismo tema. Antes del 15 de marzo, cuando se realizó el primer paro mundial climático, la historia no había registrado algo similar. Tenemos que concienciar que se ha dado un gran paso, y considerar esta iniciativa de la juventud como el renacimiento de la esperanza para salvar la vida en el planeta.

La huelga del viernes 20-S no tiene comparación. Fue un acto compartido por millones de personas en ciento cincuenta países. Las multitudinarias marchas de Australia fueron las primeras imágenes que nos llegaron. Eran buenas señales. Desde temprano los jóvenes australianos nos mandaron un aviso: no estamos dispuestos a dejarnos arrebatar el futuro. Los videos anunciaban que la convocatoria, contraria a algunas voces agoreras, se encaminaba hacia un éxito total, tal como en efecto sucedió en casi todas partes del mundo. Las autoridades educativas de Nueva York dieron licencia a un millón cien mil jóvenes escolares para que pudieran participar en la huelga. En las principales ciudades europeas las protestas se multiplicaron en millones de personas que quieren luchar contra el cambio climático. También en Latinoamérica, desde Ciudad de México hasta Buenos Aires, miles de jóvenes salieron a las calles para manifestar y unirse a las protestas convocadas por Greta Thunberg.

Primera Cumbre de la Juventud sobre el Clima

El día siguiente, sábado 21, se celebró la Primera Cumbre de la Juventud sobre el Clima, «una propuesta pensada para jóvenes líderes que se encuentran inmersos en el impulso de la acción climática» como se lee en la página de la Organización de las Naciones Unidas. La reunión se efectuó en su sede en Nueva York. Asistieron cerca de 700 activistas a la convocatoria, en su mayoría jóvenes.

Esta cumbre también es inédita y cobra una gran importancia al permitir presentarse a los jóvenes en un foro relevante como la ONU. Ante la máxima organización de naciones los jóvenes pudieron expresar sus mensajes y algunas ideas. Esperamos que estas reuniones puedan realizarse con mayor frecuencia y se conviertan en auténticas incubadoras de ideas, a través de la creatividad y frescura de las mentes juveniles. Y por supuesto, apostamos que el nacimiento de esas ideas pueda convertirse en realidades a la mayor brevedad posible, ya que no queda mucho tiempo para pensar y actuar.

Las voces de la Primera Cumbre de la Juventud sobre el Clima

Las palabras de apertura correspondieron a Greta Thunberg: «Ayer millones de personas en todo el mundo marcharon pidiendo verdadera acción, especialmente jóvenes. Demostramos que estamos unidos y que nosotros los jóvenes somos imparables». Además de Greta tomaron el micrófono algunos jóvenes que expresaron su opinión y molestia por la negligencia de los políticos en la lucha contra el cambio climático.

Bruno Rodríguez, fundador de la organización Jóvenes por el Clima Argentina, expresó: «Muchas veces escuchamos que nuestra generación deberá resolver los problemas creados por los gobernantes actuales, pero no esperaremos pasivamente… Llegó la hora de que seamos los líderes».

La joven Kamal Karishma Kumar, de Fiji, un minúsculo país insular de las Polinesias, muy vulnerable a la subida del mar debido a su bajo perfil. Por dicha razón este país presidió la COP23 Fiji-2017. La joven dijo que, para las islas del Pacífico, de donde ella proviene, luchar contra el cambio climático «es una cuestión de supervivencia», «de blanco o negro». «No queremos que las generaciones del futuro se hundan con nuestras islas».

Wanjuhi Njoroge, dijo que la reunión de este sábado, la primera de estas características que organiza la ONU, ha permitido a los jóvenes «estar en la mesa de conversaciones». «Ahora nuestras voces deben tener consecuencias» añadió.

Más sobre Greta Thunberg

La joven activista sueca de apenas 16 años logró lo que hasta ahora ninguno de los ecologistas y activistas de la Tierra habíamos podido conseguir: captar la atención de las grandes mayorías sobre el «aburrido tema del cambio climático». Si lo que sucedió entre agosto de 2018 y septiembre de 2019 se hubiese escrito en una novela de ciencia ficción o clima ficción (Cli-Fi) hubiera sido tildada de inverosímil y el libro reposaría en el estante de los textos olvidados. Sin embargo, Greta está demostrando lo que en tantas oportunidades se ha repetido, que la ficción más de las veces es superada por la realidad.

Greta, con sus escasos 15 años, toma la decisión de iniciar una huelga personal y ausentarse de clases los viernes de cada semana, para sentarse en las afueras del parlamento de Estocolmo. Es el 20 de agosto de 2018 cuando aparece por primera vez portando su ya legendaria pancarta “Skolstrajk För Klimatet”. Con grandes grafías manuscritas, negras sobre blanco, anuncia su huelga escolar por el clima. Demanda que el gobierno reduzca las emisiones de carbono en base a lo establecido en el Acuerdo de París. Poco tiempo después nacería Friday For Future, los Viernes por el Futuro. Su protagonismo mundial la lleva a las portadas de los más prestigiosos periódicos y revistas, a las pantallas del mundo y a recibir una lluvia de premios y reconocimientos. Algo que la jovencita ni en sueños imaginaba un año atrás. Sus posteriores actuaciones llevan al Parlamento del Reino Unido a declarar Emergencia Climática el 1 de mayo de 2019.

¿Qué tienen en común Greta Thunberg y Steve Jobs

¿Su capacidad de liderazgo y manera de motivar a la gente? Tal vez, pero en mi opinión este binomio de características está en segundo lugar. Hay algo más crucial. Me explico:

Cuando Steve Jobs presentó su pequeño teléfono inteligente llamado IPhone, en junio de 2007, dijo algo así como, el mundo ya nunca será igual después de este artefacto de bolsillo. Y cuánta razón tenía. La Tierra gira alrededor del sol y sobre sí misma, pero la humanidad gira alrededor del celular. No es necesario listar las maneras de vivir en el siglo XX que no hayan sido modificadas profundamente por los teléfonos móviles en el siglo XXI. Todos quienes lo vivimos lo sabemos. Se puede discutir durante horas si la vida actual es mejor o peor que la de hace 25 años sin llegar a un consenso. Pero lo que es indiscutible es que ya nada se hace igual como en aquellos no tan lejanos tiempos.

Greta Thunberg no tuvo que inventar un celular para cambiar el mundo. Ella lo está logrando con sus sencillas palabras y su condición de pertenencia al sector etario más joven, el que más tiene que perder si fallamos en la lucha contra el cambio climático. Greta lo vio clarísimo. Tuvo la necesidad, la voluntad y la capacidad, y un poco de suerte, para emprender su lucha. En su discurso reitera su mensaje a los políticos y a los centros de poder: «les pido que escuchen a la ciencia, hagan caso a los científicos». Pero no solo se manifiesta a través de la palabra, pues tuvo la valentía de atravesar el océano en una embarcación en la que muy pocos se atreverían a realizar la proeza. Lo hizo en una nave cero emisiones de CO2, cumpliendo así con sus principios.

En pocos meses Greta ha logrado que millones de personas, aquellas que nosotros los ecologistas llamamos indiferentes, giraran su cabeza hacia los problemas del planeta. En menos de un año se convirtió en la líder mundial más joven de la historia, sin ser una estrella de rock, una princesa o una celebridad deportiva o de la farándula. Después de ella el mundo no será igual. Pudiera suceder que este movimiento se desinfle momentáneamente, pero si ello ocurriera, nuestra Madre Tierra se encargará de recordarnos que debemos inflarnos de nuevo y dar la lucha por ella.

Las otras actividades del 23 al 27 de septiembre en NY

Día 23 Cumbre de Acción Climática ONU 2019.

Del 23 al 29 Semana del Clima NYC.

Días 24-25. Foro político de alto nivel sobre el Desarrollo Sostenible 2019.

Día 26. Diálogo de alto nivel para la Financiación del Desarrollo. Cámara del Consejo de Administración Fiduciaria.

Día 27. Huelga Mundial por el Clima.

Sandor Alejandro Gerendas-Kiss