Hay dos clases de negacionistas del clima: 1) los que en verdad no creen en el cambio climático y 2) los que simulan no creer pero saben que existe. Considero que estos últimos son los más peligrosos, y su falta de sinceridad frente a la lucha contra el cambio climático genera muchos temores e interrogantes. La novedad es que los negacionistas del cambio climático ahora también son negacionistas de Greta Thunberg.
Greta tiene el mérito de que en cuestión de minutos ha hecho más por captar la atención del mundo sobre los problemas del planeta que nosotros los ecologistas durante décadas. La ironía es que está haciendo hablar a sus detractores sobre ella, enganchándolos en sus palabras, incrementando de este modo la cantidad de impresiones sobre sus mensajes, uno de los activos más apreciado en publicidad.
En este trabajo me he propuesto desmontar, mediante la argumentación y la evidencia, la lluvia de descalificaciones, falsedades e insultos que ambos grupos han lanzado sobre Greta.
Una aclaratoria antes de comenzar. No me interesan ni los nombres de las personas que han arrojado sus insultos y calumnias contra la joven, ni desde cuáles medios lo hicieron.
“Gurú apocalíptica”. Gurú es 1) un maestro espiritual del hinduismo o 2) un maestro espiritual que dirige un grupo religioso inspirado en alguna filosofía oriental. Apocalíptica, en una de sus acepciones se refiere a una persona que profetiza alguna catástrofe considerable. No creemos que Greta sea una maestra espiritual del hinduismo ni dirija un grupo religioso. Si transfiguramos la palabra Gurú a un concepto actual ese pudiera corresponder a “influencer”. Entonces claro que Greta es una influenciadora, y de las poderosas, y su mensaje sí que es de alerta sobre la catástrofe que puede venir si no nos ocupamos.
“Profeta en pantalones cortos”. Y si es en pantalones largos o cortos da igual. Ya Greta demostró que la ropa que usa no influye en nada sobre su mensaje. Si el emisor de la frase utilizó “pantalones cortos” como pleonasmo por niña o jovencita, de manera peyorativa, entonces por ley transitiva está insulto también le cae a millones de niños y jóvenes que en todas partes del mundo están demostrando su preocupación por su futuro, debido a nuestro mal manejo del planeta.
“Premio Nobel del miedo”. Bueno, si ese premio existiera me gustaría ganármelo. ¿Quién dijo que el miedo es algo negativo? La naturaleza nos otorgó el miedo para protegernos de un peligro inminente. No nos atrevemos siquiera cruzar una avenida sin mirar a los lados. Hay suficientes evidencias para tener miedo del cambio climático si no actuamos con rapidez.
“Como si tuviera lecciones que aprender de esta niña del diluvio que nos augura el fin del mundo a los 16 años”. Se nota que quien escribió esta frase definitivamente necesita recibir lecciones de ecología. Hay muchos sitios para ello. Antes de que el diluvio lo sorprenda le recomiendo como punto de partida estudiar la Cumbre de Río-1992, madre de todos los acuerdos, protocolos y convenios vigentes hoy día. Luego compárelo con sus resultados a más de un cuarto de siglo después. Se va a alarmar al saber que en vez de alcanzar las metas fijadas en Brasil hemos retrocedido a niveles prácticamente irreversibles. Estamos hablando de fenómenos medibles, nada de opiniones subjetivas. Después que haga esto, comprobará que Greta sabe de lo que habla. Estoy seguro de que la tratará con más respeto.
“Patética”. En el contexto en que se emitió esta palabra, sin lugar a duda, “lo asociamos con aquello que nos resulta grotesco, fuera de toda lógica, horrible y exagerado…” (definición que tomo de deconceptos.com). La persona que emitió dicho vocablo quizás inconscientemente pensó en sí misma y lo proyectó sobre Greta, o concediéndole el beneficio de la duda no sabe de lo que habla. Ya quisiera la persona que escribió el insulto fuera tan “patética” como para tener millones de seguidores en todo el mundo, a través de las redes sociales.
“Plástico reciclable”. Esto es una metonimia absurda que no merece la pena comentar. En todo caso se pudiera tomar como elogio, pues ojalá todas las botellas y bolsas plásticas fueran reciclables. No estarían los océanos llenos de islas de polietileno y muchas ballenas, peces, tortugas, morsas, pingüinos y pelícanos se hubieran salvado de morir. Muchas otras dejarían de estar condenados a muerte por el Homo sapiens.
“Niña marioneta”. Se refiere a una niña de carácter débil y poca voluntad que se deja manipular por alguien. Más alejado de la realidad es imposible. A Greta lo que menos la caracteriza es la debilidad. Con su diminuta contextura es más fuerte y valiente que muchos hombres y mujeres robustos. Lo demostró en su travesía por el océano Atlántico en un velero monoplaza bastante frágil, en el que muy pocos se atreverían embarcar. En cuanto a la fortaleza de su carácter, se ha parado en los más altos escenarios del mundo y sin el más mínimo temor ha dicho las cuatro verdades a su auditorio, hayan estado formados por diputados, hombres de negocios, políticos, jefes de estado o público en general.
“Impostora”. Es alguien que se hace pasar por otra persona o por lo que no es. No sé cómo alguien se pudo expresar de esta manera de Greta. No tiene lógica esta calificación. La otra acepción de impostora es una persona que calumnia, es decir, acusa o hace una imputación falsa contra alguien con la intención de causarle daño o de perjudicarle. Sin lugar a duda, nada que ver con Greta.
“Una niña rica”. Si es rica o es pobre da igual. Si tuviera dinero y lo invirtiera en gastos para movilizar gente por el planeta, debemos aplaudirla de pie. ¿No es esto mejor que invertir dinero en deforestar bosques o extraer mediante el fracking grandes cantidades de combustibles fósiles o destruir ecosistemas para practicar la ganadería o la minería a cielo abierto?
“El barco se lo prestó Pierre Casiraghi, hijo de la princesa Carolina de Mónaco”. Los vínculos con Rainiero y con la jet set no restan méritos a las labores que realizan con estos innovadores veleros, autónomos e independientes de combustibles fósiles. Las competencias que realizan son con fines de mostrarle al mundo que se puede dar la vuelta al planeta sin emitir gases de efecto invernadero. Además, estos veleros los utilizan en el programa “Malizia Ocean Challenge”, para el monitoreo del CO2 y la educación climática oceánica, afiliado a la Fundación Príncipe Alberto II de Mónaco. En estos programas han participado más de 4300 niños.
“Hasta su cabello rubio y sus trenzas han sido asociado por algunos con la estética nazi”. Quienes idearon esta campaña, por favor, hagan esta prueba: introduzcan en “imágenes” de algún motor de búsqueda “niñas con trenzas” y en segundos verán fotos de decenas de niñas y jovencitas con ese estilo de peinado. ¿Son por esto nazis? ¡Por Dios! Sean serios. Consigan otro argumento. No manipulen. Pidan disculpas a los padres de estas jovencitas y a ellas mismas.
“Lo que dice Greta no es nuevo”. Claro que no lo es. Los científicos llevan más de medio siglo alertando con sus investigaciones, datos y descubrimientos sobre los peligros que se ciernen sobre la Tierra. Precisamente es una de las más importantes e inobjetables denuncias de Greta: “Escuchen a la ciencia”, “Hagan caso a los científicos”. Lo que sí es novedoso es el modo irreverente como lo hace. Una forma innovadora que le ha dado un éxito sin precedentes y la ha catapultado como líder mundial de la lucha por el cambio climático.
“Greta es un producto fabricado”. Lo que está fabricado, y muy mal, es el planeta que hemos construido. Greta es una adolescente preocupada desde los once años por las malas noticias sobre la Tierra. Desde entonces comienza a tener contacto con los daños al medio ambiente, la extinción de especies, los incendios provocados, la deforestación de los bosques y otros desastres hechos por los humanos. También se entera de la poca efectividad de las cumbres climáticas. En agosto de 2018 Greta se sienta con su cartel blanco al lado del Parlamento de Estocolmo y deja de asistir a clases los viernes. En las imágenes de esos primeros días se le ve completamente sola, ni sus amigas la acompañan. Los transeúntes pasan y ni la miran. Un día alguien se fija en ella y pide a la ONU que la invite a la COP24, efectuada en Katowice, Polonia, diciembre 2018. Allí tiene su primera aparición mediática y sus palabras causan honda impresión y un inmediato impacto global. Lo demás es historia conocida.
“¿Es Greta Thunberg una representante del lobby verde?” Esta acusación la hemos visto con frecuencia. Greta, como cualquier persona sensata, quiere que el planeta vaya en la dirección del Acuerdo de París, es decir reducir los combustibles fósiles, causantes de las emisiones de gases de efecto invernadero y el calentamiento global. El Acuerdo de París establece que deben ser sustituidos por energías verdes, como la energía eólica, la energía solar, los autos eléctricos y otras tecnologías no contaminantes. Por supuesto que para ello se requiere que muchas fábricas se dediquen a producirlos. El deseo de todo individuo consciente, y por supuesto el de Greta, es que se invierta todo el capital que sea necesario para lograr la transición hacia una economía verde. Pero de allí a que la llamen “representante del lobby verde” hay un gran trecho y quienes así lo afirman deben traer las pruebas que sustenten sus graves acusaciones.
¿No deberían estar los pequeños en sus colegios en vez de asistir a huelgas climáticas? Si una adolescente como Greta se toma un año sabático es solo una entre miles de millones de niños que siguen en la escuela. Solo una está dejando de asistir. Greta está sacrificando un año de sus estudios para llevar a cabo una campaña mundial para asegurar el futuro de esos miles de millones de niños en edad escolar. Si éstos se toman los viernes como medida de presión, pueden recuperar la materia entre lunes y jueves, y así no se verán afectados sus estudios.
“Cuando examinamos lo que dice Thunberg y lo comparamos con lo que dice la ciencia, tenemos que concluir que ella exagera”. Quienes realizan este tipo de afirmaciones deberían informarse mejor antes de emitirlas. Después de que lo hagan apreciarán que Greta no solo que no exagera sino que se queda corta. Para ellos va esto:
Breve resumen de lo acontecido en las últimas tres décadas
En 1992 se celebró La Cumbre de Río-1992, Segunda Cumbre de la Tierra, de la que salieron los siguientes documentos, con hermosos enunciados pero que en la práctica están muy lejos de haberse cumplido.
La creación de las COP, conferencias climáticas anuales
Estas cumbres han sido un compendio de buenos propósitos, ideas, promesas, protocolos y acuerdos, pero que en su mayoría se han quedado en el camino. Durante la COP15, Copenhague 2009, ocurrió el gran fracaso del Protocolo de Kioto, un esperanzador documento que había creado enormes expectativas a la humanidad, único con carácter vinculante, quedó muerto ante el estupor del mundo.
Declaración de principios relativos a los bosques
Los hechos demuestran que después de Rìo-1992 los objetivos relativos a los bosques no se han cumplido. La deforestación tomó mayor intensidad, no solo en Borneo, donde la deforestación de manera hostil se inició en los 1970, sino en el Amazonas y otras selvas y bosques del mundo.
Convención de la lucha contra la desertificación
En este documento se apoyó un nuevo enfoque integrado sobre la desertificación, el cual entró en vigor el 26 de diciembre de 1996. Es un pormenorizado instrumento que abarca la mayoría de los aspectos relacionados con la desertificación y la sequía. Sin embargo, en casi un cuarto de siglo no solo que no se ha avanzado en la materia, sino que se ha retrocedido de una manera importante. La degradación de los suelos se ha incrementado y las sequías ahora son más prolongadas, haciendo crecer los desiertos, como consecuencia del calentamiento global, el cambio climático, la urbanización, la destrucción de ecosistemas, la superpoblación mundial y la deforestación de bosques.
El Convenio sobre la Diversidad Biológica
Tiene entre sus principios la conservación de la biodiversidad y la utilización sostenible de sus componentes. Es un tratado internacional jurídicamente vinculante, que tampoco se ha cumplido. Según el desalentador informe de “Planeta Vivo”, del World Wide Fundation (WWF), las poblaciones de vertebrados (mamíferos, aves, peces, reptiles y anfibios), han disminuido en un 60% entre 1970 y 2014. En su mayor parte esta impresionante merma está «directamente relacionada con las actividades humanas, incluida la pérdida y degradación de hábitats y la sobreexplotación de la pesca silvestre”.
El Programa 21 o Agenda 21 para promover el desarrollo sostenible
El desarrollo sostenible o sostenibilidad es uno de los programas clave para detener el calentamiento global y su consecuencia el cambio climático. El Programa 21 o Agenda 21, nacido en el seno de la Cumbre de Río-1992, es un plan de acción exhaustivo, que según la definición de la ONU dice: “habrá de ser adoptado universal, nacional y localmente por organizaciones del Sistema de Naciones Unidas, Gobiernos y Grupos Principales de cada zona en la cual el ser humano influya en el medio ambiente”. La Agenda 21 contiene más de 2.500 recomendaciones prácticas. En él se abordaron los problemas más urgentes.
Su objetivo, de hecho, fue preparar al mundo para el siglo XXI. Incluye propuestas concretas en cuestiones sociales y económicas, como “la lucha contra la pobreza, la evolución de los modelos de producción y consumo, la dinámica demográfica, la conservación y ordenación de nuestros recursos naturales, la protección de la atmósfera, los océanos y la diversidad biológica, la prevención de la deforestación y el fomento de la agricultura sostenible.” Como hemos visto en los párrafos anteriores, la mayoría de estos loables propósitos no se han cumplido y ahora estamos peor que en 1992. Aunque hay que reconocer los avances logrados en la transición hacia las energías verdes.
Conclusión: las denuncias de Greta Thunberg no son exageradas, son válidas y más bien se quedan cortas ante la realidad, tal como lo hemos demostrado y comentado a lo largo de este trabajo y de muchos otros que venimos escribiendo hace más de una década. Seria magnifico que quienes critican Greta, en vez de ello se unan a la legión de jóvenes que quieren salvar su futuro, el de sus hijos y nietos.
Sandor Alejandro Gerendas-Kiss
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