El vórtice polar es un fenómeno que ocurre normalmente en la parte alta de la atmósfera sobre el Ártico, que se manifiesta mediante una masa de aire frío que gira en sentido contrario a las agujas del reloj, y crece y se encoje con el cambio de estaciones.
El fenómeno fue diagnosticado como «calentamiento estratosférico repentino», que hizo que el vórtice se dispersara e invirtiera su circulación, bajando la temperatura en meses cálidos como marzo y parte de abril, en Norte y Centroamérica, además en algunas zonas de Suramérica.
A principios de 2025, el vórtice polar se alejó del polo y colapsó debido a un calentamiento inesperado. Es algo así como si se abriera la tapa de un frasco que contiene un aire frío extremo, dejándolo escapar y dispersar, bajando la temperatura en los alrededores.
¿Puede el calentamiento global ocasionar frío?
Estudios científicos respaldan la afirmación de que las interrupciones en los vórtices polares están ocurriendo con más frecuencia de la que presentaban hasta hace poco tiempo, por lo que el calentamiento del Ártico está aumentando la energía de las ondas atmosféricas, lo que haría más probable que se interrumpa el vórtice polar. Esto trae como consecuencia que el aire frío se desplace más hacia el sur, generando temperaturas frías inusuales en áreas como Estados Unidos y Canadá.
El pasado marzo de 2025 ocurrió uno de estos colapsos, provocando un «regreso del invierno» en abril, con temperaturas extremas bajo cero e intensas y gélidas nevadas en el noreste de Estados Unidos y el sudeste de Canadá.
Llegando incluso las baja de temperatura a la región norte de Sudamérica, con un frío poco frecuente que se ha prolongado casi hasta Semana Santa, a mediados de abril.
No es difícil asociar este fenómeno con la temperatura promedio de 2024, la más alta desde que se llevan los registros.
Sandor A. Gerendas-Kiss
Editor de SGK-PLANET
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