Hoy es el Día Mundial de las Abejas. Por qué decimos que nada tienen que celebrar estas campeonas de la polinización y laboriosas productoras de miel. La respuesta es dura y pura: están en peligro de extinción, básicamente debido a nuestras actividades. Y esto no es cosa ligera, porque las pequeñas Antophilas, que es su nombre científico, y en griego significa “amantes de las flores” son clave para la vida en la Tierra. Así que vamos a enterarnos sobre lo qué sucede con las abejas, a ver si podemos ayudar en algo.
¿Desde cuándo se celebra el día mundial de las abejas? ¿Por qué el 20 de mayo?
El Día Mundial de las Abejas, 20 de mayo, fue aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2017. Esta fecha se escogió por ser el natalicio de Anton Janša, (1734, Eslovenia), pionero de la apicultura moderna. Janša perteneció a una familia de apicultores, para quienes la técnica de criar abejas tuvo una larga tradición.
¿Cuáles son los objetivos del Día Mundial de las Abejas?
El Día Mundial de las Abejas pretende dar a conocer el hábitat de las abejas y otros polinizadores para mejorar sus condiciones de supervivencia, es decir, detener la disminución de su población y emprender su recuperación. Según la ONU, la celebración del Día Mundial de las Abejas tiene los siguientes objetivos: “Llamar la atención de la población mundial y de los políticos sobre la necesidad de proteger a las abejas. Hay que recordar que los seres humanos dependemos de las abejas y otros polinizadores. Proteger a las abejas y a otros polinizadores para que puedan contribuir de forma significativa a resolver los problemas relacionados con el suministro de alimentos en el mundo y acabar con el hambre en los países en desarrollo. Frenar la pérdida de biodiversidad y la degradación de los ecosistemas, y de esa manera contribuir al logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.”
¿Cuál es la importancia de las abejas?
Existen entre 25 mil y 30 mil especies de abejas, que tienen una función trascendental, mayor a lo que se piensa. La producción mundial de alimentos y la biodiversidad dependen en gran parte de la polinización, un proceso que permite la fecundación de las flores y la producción de semillas y frutos. Las abejas, avispas, mariposas, polillas, escarabajos y otros insectos son los grandes responsables de este proceso. Lo grave es que sus poblaciones están disminuyendo a pasos agigantados.
¿Qué es la polinización?
El proceso de polinización consiste en la transferencia del polen desde los estambres de unas flores hasta el estigma de otras. Allí germina y fecunda los óvulos de la flor, haciendo posible la producción de semillas y frutos. Tres cuartas partes de los cultivos de alimentos en el mundo dependen de la polinización por insectos y otros animales. Las abejas son uno de los principales transportadores de polen, junto con algunos otros insectos, aves y murciélagos. También el viento contribuye a la polinización. Sin estos agentes la vida sería imposible.
Entre las prioridades de la ONU está la observación y el control del descenso del número de polinizadores, las causas de su declive y su impacto en la polinización. Evaluar el impacto económico del descenso de la actividad polinizadora. Promover la conservación, recuperación y el uso sostenible de la diversidad de polinizadores en la agricultura y ecosistemas afines.
¿Cuáles son las causas que ponen en peligro de extinción a las abejas?
Entre los factores que amenazan a los polinizadores podemos considerar en primer lugar el impacto del cambio climático sobre ellos, en especial las abejas, una de las especies más expuesta a los fenómenos del clima. La realidad ha demostrado la alta vulnerabilidad de estos insectos a la acción humana, como es la disminución de su población y el peligro de extinción. Entre estos podemos considerar: la pérdida o deterioro de hábitats, la agricultura intensiva, los parásitos y enfermedades, además el uso de productos químicos, fumigantes y pesticidas en la producción agrícola y la contaminación.
¿Cuáles son las cifras relacionadas respecto al problema de las abejas?
Desde mediados de los 1970s, el número de colonias de abejas ha disminuido en más de 33%, de 4 millones a poco menos de 2.5 millones, según Ecoesfera.
75% de los alimentos que consumimos dependen de la polinización.
37% de las poblaciones de abejas en Europa están en declive.
+2,4 millones € es el valor económico de la labor de polinización de las abejas para la agricultura española.
Según datos de Greenpeace.
¿Qué pasaría si las abejas se extinguieran?
La mayoría de las plantas con flores producen semillas solo si las especies polinizadoras hacen su trabajo de transportar el polen desde las anteras de unas flores hasta los estigmas de otras. Sin esta actividad se dejarían de producir muchos alimentos para el consumo humano, especialmente frutas, verduras y legumbres. También se afectaría la producción de forraje para el consumo animal.
¿Qué podemos hacer para salvar las abejas?
Los responsables de elaborar estrategias para proteger a los polinizadores deberían incluir en su agenda: políticas de pesticidas respetuosas con los polinizadores; conservación y mejora de sus hábitats; valoración, incentivos y pagos por servicios de los ecosistemas; participación, intercambio de conocimientos y empoderamiento de los pueblos rurales e indígenas, así como de las comunidades locales; investigaciones conjuntas y divulgación y sensibilización pública e intercambio de conocimientos. El papel de los agricultores y los gobiernos: reservar algunas zonas como hábitat natural; crear barreras vegetales; reducir o modificar el uso de pesticidas; respetar los lugares de anidación; sembrar atractivos de cultivo alrededor del campo. Según la ONU.
A corto plazo, se deben prohibir los productos tóxicos para las abejas, que están actualmente en uso, y hacer que la evaluación de riesgos de los plaguicidas sea mucho más estricta. Por otro lado, deben ponerse en marcha planes integrales de acción para salvar a las abejas. Y la solución definitiva es la adopción de la agricultura ecológica como única vía para una producción de alimentos respetuosa con todos los habitantes del planeta. Como indica Greenpeace.
En casa las recomendaciones pueden ser de una gran variedad. Aquí dejamos unas cuantas:
Ten más jardines y menos grama y reduce la frecuencia con la que la podas. Planta flores de tu localidad. Diversifica tu siembra, poniendo atención a variedad de especies en cuanto a tamaño, color y forma. Aprovecha toda la estación de floración. Proporciona agua y un buen alojamiento. Aprende cuales son los pesticidas más adecuados.
Sandor A. Gerendas-Kiss
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