El título de este artículo es el nombre de la campaña que actualmente llevo a cabo en la red social Twitter, mediante párrafos de 140 caracteres acompañados de imágenes que exaltan lo privilegiado que es nuestro planeta, enfatizando su geo variedad y la prolija diversidad de vida que acobija en sus aires, suelos y aguas. Todos deberíamos saber lo especial que es nuestro hábitat si lo comparamos con los otros astros que ya se conocen, pero muchas veces las cuatro paredes de nuestro Planeta Tierra, de nuestras ciudades o las cuatro paredes de nuestro mundo personal nos impiden verlo y tomar conciencia de lo que en realidad significa vivir en este favorecido punto azul del universo que hemos dado por llamar Tierra, en el cual viajamos a toda velocidad al tanto que desarrolla cuatro movimientos diferentes y simultáneos.
Reconocer-Apreciar-Cuidar es la triada clave de los mensajes para los tuiteros. Pienso que en ese orden debemos acercarnos a nuestro planeta para darnos cuenta de lo maravilloso que es, tomar conciencia de lo que podemos perder y finalmente hacer todo lo que esté a nuestro alcance para preservar su geografía y biodiversidad. Afortunadamente el mensaje ha llegado a los ojos y corazones de mucha gente, puesto que sin ser un líder político, artista o deportista destacado, la cuenta ha sobrepasado los 2400 seguidores en apenas cuatro meses, aunado a que el tema no es de los más populares, por decir lo menos. De modo que este homenaje a nuestra preciada Tierra ha tenido eco hasta en las más lejanas latitudes, en especial entre hispanoamericanos y anglosajones.
El haber elegido esta materia se origina en mi preocupación por lo ecológico, manifestado en mis artículos publicados en este medio entre 2009-2011, los cuales debí suspender para avanzar a otro nivel como es la escritura en el campo de la ficción. De nuevo por acá, quiero expresar que si no se toman medidas heroicas, el cambio climático y sus consecuencias se nos vendrán encima creando situaciones inimaginables, no conocidas hasta ahora por la humanidad. A pesar de esta gravedad el problema no roba la atención de quienes poseen el poder para cambiar las cosas, pero tampoco hace eco en la gente de a pie. Los gobiernos, hasta ahora, han justificado su desatención sobre el tema esgrimiendo excusas como las inacabables crisis financieras, la condición de emergentes de sus países, sus trances sociales, sus guerras con otras naciones o las guerras civiles en las que están enfrascados sus propios connacionales. La gente común de casi todo el orbe, y en especial los jóvenes, está abstraída en su mundo interior plagado de problemas económicos, falta de oportunidades y angustias existenciales, cuyo principal motorizador es la falta de credibilidad en su futuro personal.
Así las cosas, nos encontramos frente a una auténtica Torre de Babel climática, término que ya utilicé en un artículo hace tres años en este mismo medio. Aquella explicación bíblica del origen de los idiomas también se está dando en este siglo XXI, pero ahora en vez de impedir a hombres y mujeres entrar en el Paraíso por cuenta propia, la falta de entendimiento puede conducir a una catástrofe global con graves consecuencias como una masiva extinciones de especies, homo sapiens incluido. Esta Torre de Babel climática está alimentada por las diferencias sobre el tema, originadas en la diversidad de opiniones, puntos de vista, creencias, ignorancias y silencios de negacionistas, incrédulos, desinformados e indiferentes. Todo ello agravado por el “estrusismo”, término que utilizo para significar esconder la cabeza en un hueco a fin de evadir los problemas. Con innumerables formas de distracción y entretenimiento, incrementadas por el advenimiento de las nuevas tecnologías, se evaden los problemas personales, pero sobre todo la realidad de los peligros que penden sobre la Tierra y la vida que se desarrolla en ella.

Sandor Alejandro Gerendas-Kiss

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