Preguntas frecuentes acerca de la desertificación
Fuente: Patleem en Pixabay
1. ¿Es la desertificación uno de los mayores problemas en la Tierra?
Si vamos a los hechos podemos afirmar que la desertificación, como consecuencia de la deforestación, representa el mayor desafío para frenar el cambio climático. La desertificación es como el fiel de la balanza, la que en definitiva inclinará los platos hacia uno u otro lado. En términos drásticos significa que el fracaso de la lucha contra el cambio climático, con la desertificación del planeta como uno de sus lados más visibles (el otro el derretimiento de los hielos), sería a su vez el fracaso del Homo sapiens en cuidar su hábitat y la propia supervivencia de nuestra especie y la de muchas otras.
La desertificación en mayor parte es causada por el calentamiento global y por la deforestación de los bosques. Hay otros factores pero estos son los principales. Veamos:
El calentamiento global en gran parte se debe a la emisión de gases de efecto invernadero producidos por el tráfico automotor, la industria de generación eléctrica y la industria en general. No parece tan difícil cambiar los automóviles de combustión interna por coches eléctricos. Cada vez se producen más autos, autobuses y camiones eléctricos y hay países donde los automóviles tradicionales ya tienen fecha de prohibición de circular en los próximos cinco a veinte años. La electromovilidad está a la vista. También se está avanzando en el campo del hidrógeno como combustible limpio para vehículos eléctricos. Por otra parte, se producen cada vez más aerogeneradores y paneles solares fotovoltaicos para sustituir los viejos modelos de producción de electricidad. Parece que la transición hacia energías limpias es más fácil que acabar con la deforestación de selvas y bosques.
La deforestación de bosques significa el talado de millones de árboles anualmente. Los árboles absorben agua y luego la devuelven a la atmósfera en inmensas cantidades de vapor de agua, una mega transpiración que forma las nubes, de las que regresa el vital líquido mediante las lluvias, que en parte se precipitan sobre el propio bosque, pero también riegan lugares lejanos, ayudando a mantener la humedad de amplias zonas. Los árboles, además, durante la fotosíntesis absorben y almacenan CO2, el cual se fija en sus raíces, troncos y hojas en forma de carbono. Las plantas, aunque toman oxígeno del aire y reingresan CO2, el balance final es positivo a favor de la extracción de CO2 de la atmósfera.
Desde la década de los 1950, y en especial de los 1970, se está llevando a cabo una deforestación hostil de los principales bosques de la Tierra. A pesar de las convenciones sobre los bosques y la desertificación que se han adelantado desde 1992, la deforestación está lejos de disminuir. Peor aún, en el siglo XXI se ha incrementado y en algunas partes está fuera de control. ¿Las razones? La madera tiene una gran demanda y no existe material que lo sustituya. Debido a ello hay grandes intereses detrás de la tala de árboles, que se valen de todo tipo de métodos y maniobras para no tener que interrumpir la comercialización de las selvas.
Si no se detiene el crecimiento de la desertificación sobrevendrá una crisis climática de proporciones mucho más grandes que la de Borneo, la tercera mayor isla del mundo, donde la deforestación hostil de la gran selva, el llamado pulmón del sudeste asiático, produjo un cambio climático local, como hemos reseñado en varios artículos. Dice al respecto Wikipedia: “En la década de los ochenta y los noventa los bosques de Borneo pasaron por una profunda transición. Fueron nivelados a un ritmo sin parangón en la historia humana, quemados, talados y despejados, y en general transformados en tierra agrícola, o plantaciones de aceite de palma”.
Si no logramos frenar la desertificación, pronto estaremos frente a grandes desequilibrios de la biodiversidad, incendios forestales, sequías, pérdidas de cosechas, hambrunas, migraciones nunca vistas y escasez crítica de agua potable. Todo esto conllevaría a grandes repercusiones en el orden social, económico y medioambiental.