Con sus aproximadamente 300 islas, de origen volcánico, el territorio de Fiji está formado por atolones, cuya poca altura la hace muy vulnerable a ciclones e inundaciones. Fiji no es ajeno a la devastación causada por el cambio climático. En un caso extremo hasta pudiera quedar sumergida en el Pacífico si el calentamiento global no se logra detener, y por ende tampoco el deshielo de los Polos. Las inundaciones de origen marítimo se vienen asociando con el azote de ciclones tropicales que pasan por las cercanías de su costa, pero también debido a los fuertes oleajes. En 2012, Vunidogoloa fue el primer pueblo que inicio su mudanza a un terreno más alto debido al incremento del nivel del mar. En el futuro, si el calentamiento global no se logra detener estos impactos climáticos irán en aumento.