-COP3, Kioto, Japón, 1997. Tras intensas negociaciones, en la ciudad nipona vio luz el célebre Protocolo de Kioto, que se perfilaba como uno de los documentos más importantes y esperanzadores de la humanidad para regular las actividades humanas, capaz de recuperar el medio ambiente global. En Kioto se establecieron objetivos vinculantes para las emisiones de GEI para 37 países industrializados, se acordó que entraría en vigencia en 2008 y su vencimiento sería en 2012 cuando se sustituiría por otro. Se estableció que los países desarrollados redujesen en ese lapso sus emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI), en un 5% respecto al nivel de 1990 pero, dos de los más grandes emisores, Estados Unidos y China, no ratificaron el documento.
-COP15, Copenhague, Dinamarca, 2009. En esta Conferencia se cifraba inmensas esperanzas, pues se pensaba que le tocaría a la capital danesa el privilegio de dar las buenas noticias al mundo, mediante el anuncio de un nuevo protocolo para la disminución de emisiones de GEI: que se aplicará a partir de 2012, fecha de vencimiento del Protocolo de Kioto, lo cual significaba la reducción de emisiones de CO2 a menos de 50% para 2050 respecto a 1990. Pero en la última noche, China, Estados Unidos, India, Brasil y Suráfrica, redactaron un acuerdo no vinculante con lo cual morían las esperanzas de obtener un nuevo protocolo.
-COP 16, Cancún, México, 2010. Se crea un Fondo Verde Climático, mediante el cual se establece un monto de cien mil millones de dólares al año, a partir de 2020, y treinta mil millones de dólares para el período 2010-2012, con objeto de ayudar a los países de menores recursos a sufragar los costos de la lucha contra el cambio climático. El documento final establece adoptar «tan pronto como sea posible» una decisión sobre compromisos para una segunda fase del Protocolo de Kioto que garantice «que no haya una brecha entre el primer y segundo período de compromisos».
-COP20, Lima, Perú, 2014. La gran novedad de la COP20 fue que Estados Unidos y China anunciaron por primera vez en la historia un compromiso conjunto para la reducción de emisiones de GEI a la atmósfera, hecho fundamental para que el calentamiento global no sobrepase los dos grados, límite establecido por los científicos. La ONU consideraba que el objetivo era reducir las emisiones entre un 40% y un 70% para 2050 y 0% de emisiones de GEI para finales del siglo 21, imprescindible para que la temperatura en el mundo no supere los 2º C. El convenio, finalmente ratificado, fue un acuerdo que acercaba posturas de cara a la COP21, París 2015.