Un fracaso de las negociaciones acordadas durante la vigésimo primera Conferencia del Cambio Climático, COP21, tendría consecuencias impredecibles y quizás irreversibles. Un atraso de los programas del Acuerdo de París atentaría contra el objetivo principal de la COP21, como es la de lograr un incremento no mayor a 2º C (dos grados centígrados) de la temperatura mundial. Si no se logra alcanzar dicha meta, ello traería graves consecuencias para la vida en la Tierra tal como la conocemos. Asistiríamos a incrementos de sequias, incendios, destrucción de la agricultura, escasez de agua potable, escasez de alimentos, fenómenos meteorológicos y hambrunas de magnitudes imposibles de predecir por la ciencia. Se incrementaría el deshielo de los Polos, con el consiguiente aumento del nivel de los mares, borrando poblaciones enteras en costas e islas, con mortandades y éxodos masivos nunca conocidos.