Si bien es cierto que mucha gente está expectante respecto al Acuerdo de París, entre otras cosas por su dificultades de arranque, también es cierto que es un documento sumamente poderoso, aceptado por casi todas las naciones del planeta. Se trata de un convenio universal que establece medidas para la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. Esto de por sí es una fortaleza importante, ya que por ahora no existe otro convenio que lo supere. De modo que todos debemos asirnos a la bandera del Acuerdo de París y aferrarnos a sus mandatos. Podemos hacerlo de varias maneras, pero la más importante es hacer presión sobre nuestros líderes para que se esfuercen en poner a sus naciones en acción según la letra y el espíritu del Acuerdo de París.

También es fortaleza del Acuerdo su papel de concienciación del mundo, reforzando lo iniciado por el Protocolo de Kioto, sobre los principales temas ambientales. El convenio firmado en la capital francesa en 2015, sumado a la constante labor de la ONU y al de otros entes ambientalistas que luchamos contra el cambio climático, han hecho que los ojos y oídos de mucha gente se enfoquen sobre temas como el calentamiento global, emisiones de gases de efecto invernadero, el derretimiento de los hielos, la subida del nivel de los mares, la contaminación del aire, aguas y suelos, los daños que causan los plásticos de un solo uso, la utilización del carbón para la generación eléctrica, la escasez de agua, la deforestación de los bosques, los incendios forestales causados por la sequía y el exceso de calor.

Por otro lado, el Acuerdo de Paris, con sus metas de reducción de temperatura y las emisiones de gases de efecto invernadero, es un inductor de países, ciudades, industrias, universidades y gentes. Con ellos se está logrando un crecimiento importante en la producción de autos y sistemas de transporte impulsados por medio de combustibles limpios, una acelerada fabricación de paneles solares fotovoltaicos y gran cantidad de generadores eólicos, para suplir de electricidad limpia a millones de personas en el mundo.

Como informara el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, durante la Cumbre para la Ambición Climática (nov-dic 2020) «los actores de la economía real están haciendo coincidir esta ambición con 23 regiones, 524 ciudades, 1.397 empresas, 569 universidades y 76 inversores que se unen ahora a la campaña de la Race to Zero o «Carrera hacia el cero», un enfoque más pragmático y transparente para lograr las emisiones netas cero.»

La alianza para las cero emisiones netas anima a las partes del Acuerdo de París «a comprometerse con la misma ambición – como los de la Alianza para la Ambición Climática – y que ahora cubren casi el 70 % del PIB, según el último análisis. Las empresas que participan en la campaña Carrera hacia el cero han combinado ingresos anuales de 9,81 billones de dólares, con nuevos socios como Arup, BT Pension, GlaxoSmithKline, KPMG International Limited, Primark y Sony», agregó Guterres.

Nosotros en SGK-Planet, en «Nuestra propuesta para frenar el cambio climático» de fecha 19-01-2020 dijimos: «debemos seguir confiando en la ONU, en las COP y en el Acuerdo de París. Pero, a partir de este año 2020, la lucha contra el cambio climático debe tomar un giro drástico, sin precedentes, orientada hacia nuevas formas, nuevos procedimientos y nuevos actores… enfocados en la transición energética, que es tan solo uno de los múltiples desafíos que hay que afrontar en beneficio de la vida en el planeta. Sin embargo, la eliminación de un alto porcentaje del uso de combustibles fósiles, en unos 20 años, sería una importante victoria para la humanidad.»