Preguntas frecuentes acerca de los incendios forestales

3. ¿Cuáles son las consecuencias de los incendios forestales?

Para establecer las consecuencias de los incendios forestales las hemos separado en dos categorías: las que dejan secuelas locales y las que tienen efectos globales.

Consecuencias locales: a nivel de cercanía los mega incendios tienen un impacto devastador. Entre los efectos más visibles está la destrucción de ecosistemas, hábitats y urbanizaciones, con graves daños a la flora, muerte de gran cantidad de animales y en muchos casos importantes desplazamientos humanos. Entre sus efectos dañinos también está la contaminación del aire en lugares cercanos y lejanos.

Por otra parte, el material vegetal dañado parcialmente se convierte en un potencial combustible que prepara el terreno para futuros incendios. Otra consecuencia de estos incendios es la producción de densas emisiones de humo, extremadamente perjudiciales para la salud de la población local. Además, estas nubes tóxicas pueden viajar a zonas alejadas de los fuegos, y en su travesía afectar numerosas poblaciones a su paso.

Una de las consecuencias más graves de los incendios, al destruir los árboles, es que se disminuye la capacidad de producción de vapor de agua, las lluvias y la humedad del bosque y sus zonas circunvecinas. Esta es la causa principal de la sequía y la escasez de agua. Como consecuencia, se abren las puertas a futuros incendios, además de disminuir las reservas de agua de la población.

Entre otras consecuencias locales podemos citar la pérdida de importantes reservas forestales, destrucción de cosechas, degradación de suelos o deterioro de la cubierta superficial. La acumulación y el arrastre de cenizas ocasiona la compactación del suelo, lo cual dificulta la normal penetración del agua, reduciendo de este modo su humidificación y por ende la posibilidad de nuevas siembras.

Consecuencias globales. Los incendios forestales liberan a la atmósfera importantes cantidades de humo, el cual posee un alto contenido de dióxido de carbono (CO2). Con ello se incrementan el efecto invernadero antropogénico y el calentamiento global.

Los árboles tienen una doble función. En primer lugar producen oxígeno, imprescindible para la vida de la mayoría de las especies. En segundo lugar funcionan como sumideros de carbono, es decir, absorben y almacenan CO2, el cual queda fijado en sus raíces, troncos y hojas en forma de carbono. Las plantas, aunque toman oxígeno del aire y reingresan CO2, generan un balance final positivo en cuanto a la extracción de CO2 de la atmósfera. La capacidad de absorción de CO2 es directamente proporcional al tamaño, densidad y cantidad de árboles presentes en un bosque. Cada árbol que se elimina en un incendio es un sumidero de carbono menos. En un mega incendio forestal son decenas de miles de árboles que se destruyen. Como consecuencia, aumenta la cantidad de CO2 en la atmósfera y el calor en el planeta.

Todo lo aquí expuesto es grave. Si no se ataca el problema de fondo, los mega incendios forestales van a tener un efecto altamente destructivo, que involucrará mayor incremento de la temperatura mundial, escasez de agua y globalización de la sequía. La deforestación y los incendios pueden concluir en la desertificación de la Tierra, con pérdidas de cosechas, escases de alimentos, hambre y sed global.

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